martes, 27 de diciembre de 2016

Criptorquidia: Testículo no descendido

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La criptorquidia (testículo no descendido) es una alteración del desarrollo de los testículos. Esta alteración provoca que uno o ambos testículos no puedan palparse en la bolsa escrotal tras el nacimiento.

Por lo general, no hay síntomas, excepto que no se puede encontrar el testículo en el escroto (lo que se puede describir como un escroto vacío). Los hombres adultos que padezcan criptorquidia pueden tener problemas de infertilidad.

Los factores que predisponen a la criptorquidia incluyen el nacimiento prematuro, bajo peso al nacer, el tamaño pequeño para la edad gestacional, los embarazos gemelares y la exposición materna a los estrógenos durante el primer trimestre, pero la presión intraabdominal también parece desempeñar un papel importante en el descenso testicular. 

Otras condiciones que pueden ocasionar disminución en la presión abdominal son malformaciones de la pared abdominal (onfalocele, extrofia vesical…). Todos ellos están asociados con un mayor riesgo de testículos no descendidos.

Aunque no se sabe cuál es la causa, con frecuencia se encuentran anomalías del epidídimo en los testículos que no han descendido con normalidad. El epidídimo es un conducto tubular, estrecho y alargado que se encuentra situado en la parte superior del testículo y que tiene como función recolectar y dirigir el esperma.


Los principales riesgos y complicaciones derivados de la criptorquidia son:


  • Problemas de fertilidad (esterilidad): para que se formen correctamente los espermatozoides los testículos deben estar a una temperatura inferior que la temperatura corporal, de ahí su localización normal en la bolsa escrotal.
  • Riesgo aumentado de cáncer de testículo: los hombres que padecen criptorquidia tienen mayor riesgo de desarrollar algún tumor en el testículo y, debido a la dificultad para palpar bien el testículo, se diagnostica más tarde.
  • Hernia inguinal: por la alteración del canal inguinal.
  • Menor tamaño testicular: debido a la criptorquidia pueden presentar un crecimiento anormal.
  • Torsión testicular: se trata de un problema en el que el testículo puede girar sobre sí mismo y producir una interrupción de la llegada de sangre al testículo por los vasos sanguíneos, dando lugar a muerte celular y necrosis testicular. Esta torsión es más frecuente en niños con criptorquidia.
  • Efectos psicológicos del “escroto vacío” en el adolescente y adulto.
El tratamiento se comienza a plantear si el testículo no desciende de forma natural durante el primer año de vida. Con el adecuado tratamiento se prevendrán total o parcialmente las complicaciones que se han detallado previamente.

Existe un tratamiento hormonal que favorece o propicia el descenso y se puede realizar como primera opción terapéutica, aunque su uso está limitado por los efectos secundarios. La cirugía, llamada orquiopexia (fijación testicular), se suele realizar a edades muy tempranas (antes de los 2 años) y es un tratamiento definitivo, aunque en raras ocasiones el cirujano pueda encontrar dificultades propias de toda una estructura que no se ha formado bien (vasos sanguíneos, epidídimo…).

La cirugía precoz ha demostrado favorecer un crecimiento testicular más normal, una fertilidad conservada y un menor riesgo de cáncer de testículo.

martes, 13 de diciembre de 2016

Una de cada tres mujeres tendrá incontinencia urinaria a lo largo de su vida

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Las razones de aparición de esta patología, “extremadamente frecuente” entre pacientes de 60 a 70 años, son muy variadas.

Entre el 30% y el 40% de las mujeres acabará teniendo incontinencia urinaria a lo largo de su vida, y más de la mitad de aquellas que hayan tenido más de un parto.

Es “extremadamente frecuente”, sobre todo en pacientes de entre 60 y 70 años, y las razones de su aparición pueden ser muy variadas. El prolapso de los suelos pélvicos suele ser la causa más frecuente, “bien porque se descuelga el útero o el recto”, aunque hay factores como la obesidad o la multiparidad que “favorecen que haya más probabilidad de presentar incontinencia”.

No obstante, es probable que las cifras de incidencia bajen, ya que en los últimos años se está recomendando a las mujeres embarazadas que realicen rehabilitación y ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico tras el parto. El problema, es la falta de unidades específicas que permita identificar éstas y otras patologías de suelo pélvico, ya que está convencido de que “puede haber más casos de los actualmente registrados”.

Además, a esta falta de diagnóstico se une el hecho de que muchas pacientes no quieran reconocer el problema ante el rechazo social que supone. “La mujer no lo comenta porque le avergüenza”. Sin embargo, el riesgo de no tratar estas patologías es grande, ya que “puede incluso requerir una intervención quirúrgica”. Según señaló este experto, la enfermedad requiere un abordaje multidisciplinar y el tratamiento más común suele ser de tipo conservador mediante ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico.

No obstante, añadió, en los casos más complejos la cirugía ha demostrado ser eficaz para corregir el problema. Normalmente el abordaje es vaginal o abdominal, mediante laparoscopia, y “a veces se utiliza material protésico como mallas para la suspensión de órganos”.

Autoexamen testicular: cómo hacerlo y todo lo que necesitas saber



Los testículos son las gónadas masculinas, destacando precisamente por ser los órganos reproductores masculinos. Poseen mucha importancia en el desarrollo sexual, actuando como coproductoras en la formación de los espermatozoides y también en las propias hormonas sexuales, en especial la testosterona, que es la hormona encargada de regular el desarrollo sexual en el hombre, la función sexual y el nivel de deseo.

¿Dónde los encontramos? En el interior del escroto. Básicamente consisten en un par de bolas con unas dimensiones de alrededor de los 5 centímetros de largo y 3 centímetros de ancho. Aunque ambas tienden a presentar un tamaño y una apariencia similar, lo cierto es que es totalmente normal que un testículo cuelgue un poco más que el otro (habitualmente ocurre con el testículo izquierdo).



Se convierten en una de las zonas más delicadas del cuerpo del hombre, al ser tremendamente sensibles al tacto y a la presión. Por ello, en algunas ocasiones es común sentir dolor de testículos, que surge sobre todo cuando se produce una lesión o un golpe testicular.



Pero también puede aparecer por otras causas: por la infección o la inflamación de los conductos espermáticos (epididimitis), la propia infección o inflamación de los testículos (orquitis), la presencia de quistes en el epidídimo (espermatocele) o incluso por la existencia de cálculos en el riñón.


¿Qué es el autoexamen testicular? ¿En qué consiste?


El autoexamen testicular consiste en un método sencillo y fácil que permite palpar y tocar los testículos, convirtiéndose en una opción útil para examinar los testículos y asegurarse de que no existen bultos ni protuberancias poco usuales.


Debemos tener en cuenta que los testículos contienen vasos sanguíneos y distintas estructuras que pueden hacer que el autoexamen testicular sea un poco más complicado. No obstante, si en un primer momento se nota alguna protuberancia o se han producido cambios en el testículo, es importantísimo –y aconsejable- acudir al urólogo para una valoración más especializada.

Por ello muchos especialistas aconsejan realizarse un autoexamen testicular todos los meses, lo que permitirá al hombre familiarizarse con la forma, tamaño y textura normales de sus testículos, y brindará la posibilidad así de descubrir la presencia de algo distinto o anormal en el futuro, si aparece.


Este autoexamen es aún más importante en aquellos hombres que sufran criptorquidia, presenten antecedentes familiares de cáncer testicular, o ya han sufrido un tumor testicular con anterioridad.

El cáncer testicular es un tipo de cáncer poco frecuente en adolescentes, aunque en términos generales se convierte en el más común en hombres de entre 15 a 35 años. No obstante, a pesar de ello continúa siendo un tipo de cáncer con una incidencia bastante baja, en comparación con otros tipos de cánceres.


Cómo hacerte el autoexamen testicular


Hacerse un autoexamen testicular es muy sencillo. Lo más aconsejable es hacerte el autoexamen cuando te estás tomando un baño o una ducha caliente (o pocos minutos después), dado que a estas temperaturas el escroto estará más relajado, y permitirá por tanto la realización de un examen más fácil.


Luego sigue estos pasos:

  1. Examina primero un testículo: palpa el testículo suavemente, girándolo entre los dedos de ambas manos a la vez que aplicas una ligera presión. Coloca ahora los pulgares sobre la parte superior del testículo, con el dedo mayor y el dedo índice de cada mano, y luego gíralo con cuidado entre los dedos.
  2. El epidídimo: es normal que sientas una especie de cordón blando que si lo presionas un poco tiende a doler. Se encuentra sobre el borde posterosuperior de cada testículo, y es el conducto que transporta los espermatozoides.
  3. Palpa con cuidado: es importante que cuando palpes cada testículo lo hagas con cuidado, tratando de detectar la presencia de posibles protuberancias o bultos en los costados o en el frente de los testículos. En ocasiones es normal sentir algún bulto pequeño como un grano de arroz (protuberancia benigna que recibe el nombre de granuloma).

¿Qué hacer si noto algo extraño en el testículo?


Si notas algún tipo de bulto, hinchazón o algún cambio en el tamaño o en el color del testículo es importantísimo acudir de inmediato a tu médico, el cual te hará una valoración más especializada y específica.

Pero no te alarmes: los bultos o la hinchazón no implican necesariamente la presencia de un cáncer, como te indicábamos hace algunas líneas ante la presencia de un granuloma. No obstante, es importantísimo recibir la valoración del especialista.